lunes, 14 de mayo de 2012

¿Son fiables los testimonios?

Un sacerdote en su sermón del sábado (sí, tuve que participar en una misa por motivos familiares, más no religiosos) y el gran filósofo escocés David Hume con sus palabras me obsequiaron la inspiración sobre el tema que voy a tratar hoy brevemente: ¿Son fiables los testimonios?  Comencemos con este párrafo escrito por Hume:

"No hay ninguna clase de historia que se construya tan fácilmente y se difunda tan rápidamente, especialmente en el medio rural y en ciudades de provincia, como aquellas relativas a los matrimonios; en cuanto dos personas jóvenes de igual condición se han visto dos veces, toda la vecindad los empareja inmediatamente. El placer de contar una noticia tan interesante, propagarla y ser los primeros en resaltarla, estimula la inteligencia. Y esto es tan bien sabido que ningún hombre de juicio presta atención a estos informes hasta que los ve confirmados por alguna evidencia mayor. ¿No inclinan las mismas pasiones y otras aún más fuertes a la generalidad de la humanidad a creer y contar, con la mayor vehemencia y seguridad, todos los milagros religiosos?" - DAVID HUME






No hay desperdicios en las palabras de Hume, es más, es un fenómeno reconocido globalmente de que una idea o una noticia, cierta o no, cambia de forma, dimensión y enfoque de acuerdo a la cantidad de personas que la van propagando hasta el punto en que no se parece en lo absoluto a la idea o noticia original, lo cual hace menos que fiable el resultado de la propagación de la misma.  Cuando esto ocurre, hechos y eventos que creemos ciertos no lo fueron, y viceversa.  De mano en mano se pasa la verdad (o el mito) y se transforma.  Pero, ¿qué sucede cuando el hecho o evento es narrado por su propio testigo?  (Aunque se están haciendo evaluaciones científicas sobre la credibilidad de los testigos oculares y los resultados hasta el momento parecen indicar que no son confiables.)  Esto me lleva al "testimonio" del sacerdote el sábado, quien, en un extásis de palabras emotivas contó como su hermana hacía 15 años había sido desahuciada en términos de salud (nunca explicó el sacerdote qué enfermedad padecía ni los motivos del desahucio) y fue sanada por una persona de otra parroquia quien de acuerdo a él es poseedora del poder de sanación.  Todo esto lo narraba ante las miradas también emotivas de los feligreses y las caritas perplejas de un grupo de niños que hacían su Primera Comunión.

Por mi mente cruzó velozmente un pensamiento en forma de pregunta:  ¿Cree este sacerdote REALMENTE en lo que nos narra o es un cínico como muchos otros de su profesión?  Y, debo expresar que, tal vez pecando de ingenuidad, pienso que él lo cree realmente.  Sin embargo, todos conocemos de alguien que ha estado enfermo de algo grave y se ha sanado y muchas veces sin el apoyo de la medicina, porque esta ciencia, aún con todos sus progresos, todavía está llena de preguntas sin responder.  Muchas veces los médicos nos dicen que padecemos esta o aquella enfermedad, y ni ellos lo saben a ciencia cierta.  Hay muchos mecanismos en el cuerpo humano que no se comprenden aún así como enfermedades nuevas, otras que se creían erradicadas que regresan.  Muchas personas han estado desahuciadas y se han sanado espontáneamente...tantas y tantas que el requisito para que sea una cura milagrosa cesa de ser importante porque, aunque sea un fenómeno raro, es más común de lo que la mayoría creen.  Aún no hay ni un solo caso evidenciado o documentado de una persona que le faltaba un brazo o una pierna que le haya brotado otra vez.  Ni uno solo, esto sí es cierto que no es común.

Retornemos al tema de los testimonios.  Una de las formas más fáciles de engañar en el mercadeo de un producto es mediante el uso de testimonios.  En general, si un medicamento FUNCIONA, ha pasado por estudios clínicos y es autorizado por la institución de cada país para esos fines.  Cuando un medicamento o un tratamiento ALTERNATIVO se mercadea, el instrumento principal para realizar esa propaganda son los testimonios.  Personas tras personas, muchas de ellas famosas, nos bombardean en los medios sobre como este o aquel producto ha realizado maravillas en ellos y hordas de consumidores los compran buscando esos resultados, los cuales raramente son obtenidos.  Por eso, los testimonios en términos comerciales han caído en el descrédito (y en algunos países en la ilegalidad) entre las personas que piensan y evalúan lo que compran y por qué lo compran, aunque las masas siguen cayendo en esas trampas mercadológicas.

¿Y, qué de los testimonios como el del sacerdote, que son de eventos vistos en primer orden?  Está en cada uno de nosotros el creerlo o no.  Por las razones de los milagros relativos a la salud que ya mencioné, es seguro que su testimonio tenga otra explicación de orden natural en vez de sobrenatural, aunque yo no la tenga.  Muchos casos son simples fraudes, otros resultado del desconocimiento científico, etc., pero ninguno es consecuencia de un milagro, que es una suspensión de lo natural para que ocurra un evento sobrenatural.  Y, los testimonios de otra índole, como de los testigos de los crímenes o los accidentes, de los cuales se está dudando cada vez más por razones científicas que contaré en otro breve artículo, tampoco son fiables, lo cual nos lleva a al hecho de que creer en la veracidad de un testimonio es un camino resbaloso que nos puede llevar a creer en un  mito.

CAFD

miércoles, 9 de mayo de 2012

¿Debemos respetar las creencias de los demás?

Muchas veces me encuentro con personas, amigas o no, que conociendo o no mi manera de pensar sobre los mitos y las realidades, desde el punto de partida de la definición ya dada, me reclaman que debo respetar las creencias de los demás, y, a simple vista, esto luce como un valor moral razonable, basado en la frase de Benito Juárez de que "el respeto al derecho ajeno es la paz" y en las leyes de los estados democráticos que establecen que las creencias religiosas son un derecho humano.  A estas personas yo les contesto que yo respeto sin ningún tipo de limitaciones a las personas, pero no cometo ninguna falta si no respeto sus creencias, porque las creencias son conceptos abstractos que se circunscriben al ámbito de sus cerebros, siempre y cuando no se la quieran imponer a otros.


Benito Juárez


Muchas veces, esta respuesta produce reacciones de perplejidad.  "¿Cómo va a haber paz en el mundo si no se respetan las creencias religiosas? ¿No has visto lo que sucede en el Medio Oriente o en Europa Oriental, o en Asia?", me reclaman, a lo que yo añado: "y en Estados Unidos de América, también..."  Por supuesto que lo he visto, pero eso no ocurre por el irrespeto a las creencias religiosas de los demás, sino por la falta de respeto a las personas, no importa en el mito que crean.

Ejemplos no faltan, más bien, sobran.  Los musulmanes en Gran Bretaña y Holanda, particularmente, tienen una campaña impresionante para que se les respeten sus "derechos religiosos", aunque esto requiera que se permitan atrocidades como los asesinatos de honor (el padre y los hermanos matando o como mínimo lastimando y mutilando a las mujeres por infidelidades maritales, reales o no) dictados por los tribunales de la Sharia y por el Corán, la misoginia que esto provoca, los crímenes en contra de los homosexuales, permitidos por los clérigos, etc., etc.... Esto no me merece el más mínimo respeto.

"¿Debemos respetar las creencias de los demás?", vuelvo y pregunto.  Si son creencias, no me importa cuán absurdas o brillantes o reales sean, lo más que puede pasar es que estemos de acuerdo o no, y, en mi caso, si no se basan en la realidad, difícilmente estaré de acuerdo con ellas.  Un amigo me preguntó una vez, queriendo jugar a la filosofía y a sus silogismos, "¿Tú CREES que yo estoy aquí a tu lado?  ¿Es esta una CREENCIA que compartimos?" y yo le contesté, "Amigo, yo SE que tu estás aquí a mi lado, no necesito CREERLO, porque lo sé."

Respetar las creencias religiosas de los demás no resuelve el problema xenofóbico del mundo, respetar a los seres humanos, si es un paso de avance en esa dirección, por eso yo no respeto las creencias de NADIE, no le impongo las mías ni permito que me impongan las de ellos, pero respeto a todo ser humano en inicio y sólo le pierdo el respeto cuando me falta el respeto a mí o a cualquier otro ser humano que no lo haya irrespetado.  

Respetar las creencias de los demás, lejos de ser un valor moral razonable, es una muleta en la que se sostienen los abusos que se cometen en el mundo en base a las creencias, es el sostén que le dan los moderados a los radicales, basados en el nivel de intensidad del mito en el que creen y, por ende, más que la solución, tiende a ser la causa de los problemas.  Si Galileo hubiese cedido totalmente ante la creencia del Papa, la ciencia, la tecnología y la civilización estarían aún más atrasadas de lo que están, y, si por el contrario, en base al deseo cristiano de eliminar las creencias paganas, no se hubiera quemado la Biblioteca de Alejandría y asesinado a Hypatia, es posible que Colón en el Siglo XV, en vez de haber llegado a América, tal vez hubiese llegado a la Luna...

Respetar las creencias de los demás es un mito pernicioso, respetar a las personas, no...

CAFD

martes, 8 de mayo de 2012

¿Qué es un mito?

Comencemos por la definición breve que encontramos en WikiPedia:

"Un mito (del griego μῦθος, mythos, «relato», «cuento») es un relato tradicional que se refiere a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como diosessemidioseshéroesmonstruos o personajes fantásticos."


Desde ese punto de vista, muchos de nosotros limitamos los mitos a las creencias que tenían los humanos del pasado remoto en la antigua Roma, la antigua Grecia, la Mesopotamia, los indígenas y aborígenes de todas partes del mundo, etc., pero olvidamos que si desmenuzamos la definición de mito, tal y como se presenta aquí, las doctrinas religiosas, antiguas y modernas, sus libros e historias son "relato(s) tradicional(es) que se refiere(n) a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos."

Sorprendente.  De repente todo lo que nos enseñaron en las iglesias, en los catecismos, en los templos budistas, en las sinagogas, en las mezquitas, en boca de jóvenes bien vestidos, transportados en bicicletas, y tocando de puerta en puerta, etc., cae perfectamente dentro la definición. La diferencia del mito aprendido dependerá del lugar en el tiempo y el espacio en que naciste, diferentes regiones y diferentes épocas, diferentes mitos religiosos.  Y, una vez más, el antropocentrismo y la falta de humildad provoca que la mayoría caigamos en la trampa de creer que nuestros particulares "relato(s) tradicional(es) que se refiere(n) a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos" son verdaderos y los demás, no.  Nos hemos pasado la historia completa de la humanidad en guerra gracias al concepto de que "mi mito no es un mito pero tu mito sí es un mito."

El concepto de dios y lo sobrenatural lo dejaré para otro artículo, pues requieren mucho más espacio para discutirse con propiedad, porque tocan en aspectos que no simplemente son culturales, sino que requieren de la suspensión del pensamiento crítico para definir su creencia en estos.  Mientras tanto, piensa: ¿cuánta evidencia tienes sobre el mito en el que crees?  ¿Por qué piensas que en lo que crees no es un mito?  ¿Por qué piensas que lo que creen otras culturas, es decir, en diferentes relatos sobrenaturales, sí son mitos? ¿Es que no sabes que la mayor parte del mundo cree en un mito distinto al tuyo (porque hasta la religión que tiene más adeptos en el mundo, tiene más personas que creen en algo distinto a lo que ella enseña)?

¿Es que te dejas caer en la trampa de las verdades absolutas, porque careces la humildad de saber que la razón puede estar en otro lado, o en ninguno?  Por ende, o una doctrina religiosa es correcta y las demás son un mito, o TODAS son un mito...

El hecho de que TODO EL MUNDO crea algo, no lo hace cierto...si no entiendes esta frase en su contexto, piensa en cuando la tierra era plana y el sol daba vueltas alrededor de ella...

CAFD

lunes, 7 de mayo de 2012

¿Por qué deconstruir mitos?

Amigos todos:

A quienes tengan la mente abierta (la cual es como los paracaídas, que sólo funciona así) los invito a este experimento de Blog que inicio el día de hoy con la intención de contribuir con mi granito de arena a la eliminación de la superstición y los mitos que permean nuestras mentes y no nos permiten avanzar como civilizaciones, y que cada vez crean más diferencias entre los seres humanos, tan graves como la discriminación, el racismo, la xenofobia, la homofobia, la misoginia y todas esas imbéciles ideas de que se llena nuestro cerebro cuando basa sus criterios en mitos en vez de verdades.


Sé que a muchos les será difícil leer este tipo de cosas, pero como todo lo que debe existir en un mundo que se base en el valor de la libertad de expresión, es su decisión leerlo o no. Cualquier debate que se desee hacer, mientras se maneje en base al respeto, será bienvenido.


Habiendo mencionado lo anterior, comencemos con la pregunta:  ¿Por qué deconstruir mitos?












Los seres humanos inventamos explicaciones para todo lo que no entendemos.  Nuestra humildad es tan pobre que incluso nos hemos hecho la idea de que el Universo en el que tenemos la suerte de existir, y de comprender aunque sea escasamente gracias a nuestros cerebros y a la ciencia, está creado para nosotros, cuando nada puede estar más lejos de la verdad, pues la mayor parte del Universo es sumamente hostil a cualquier tipo de vida conocida, en especial la humana.  Este antropocentrismo forma parte de un dogma que nos enseñan desde niños, particularmente en las iglesias, y el cual no simplemente es un dogma, sino un mito, y de eso se trata este Blog.


Poco a poco pretendo ir presentando ejemplos y escribiendo artículos breves sobre todos los tipos de mitos existentes, desde la religión hasta la pseudociencia, desde las muletas filosóficas que muchas veces utilizamos como consolación hasta aquellos fenómenos naturales que desafían el sentido común, pero son ciertos.  Nunca hallarán en estas páginas nada que no esté comprobado científicamente que es verdad y cuando haya alguna especulación, esta será ilustrada e identificada propiamente.


Y, de lo que no sepa yo, o no lo sepa nadie, tendremos la humildad de admitirlo, porque no hay nada de malo en no saber algo, pero es horrible e inaceptable inventar un mito, o crear un dogma,  para llenar un vacío en el conocimiento.

Bienvenidos a una cita con la verdad, la que conocemos, porque la que no conocemos, puede ser o no verdad, pero si la inventamos, probablemente sea un mito...


CAFD